Aproximadamente el 90% de los consumidores busca información en Internet antes de comprar un servicio o producto. Un dato revelador que deber ser tenido en cuenta en la estrategia de marketing digital de las compañías.
En Internet puede encontrarse información casi de cualquier índole y su fácil acceso ha evolucionado el rol de usuario, elevándolo a un nivel casi de experto en materia de comercio. Más exigente y selectivo, su decisión de compra está claramente condicionada por los resultados de sus búsquedas en la red y las recomendaciones, tanto de conocidos como de desconocidos.
Los lugares más frecuentados por los usuarios en busca de información son los foros de opinión (53 %), los comparadores (38 %), las webs informativas o de líderes de opinión (36 %) y las redes sociales (24 %), éstas cada vez más influyentes. Sabiendo esto y siempre bajo la máxima de facilitar el camino a los usuarios, lo lógico sería ofrecer parte de la información que necesitan en la propia web.
La decisión de compra es un proceso harto complejo que depende de muchos factores, siendo la confianza un factor determinante. La confianza en Internet responde, entre otras cosas, al resultado de experiencias anteriores, propias o ajenas. Una cuestión que va mucho más allá de las promesas y la publicidad. Es la garantía de que todo saldrá bien y nada puede ser tan fiable como el testimonio de un usuario satisfecho.
“Puedes confiar en mí” es el mensaje que deben transmitir las compañías y para ello el testimonio real es el mejor aliado. Sobra mencionar que éste debe ser verídico y fácilmente contrastable.
Por lo tanto, dada la importancia que esta información tiene para los usuarios, es recomendable que las grandes empresas incluyan en sus web´s un apartado en el que sus clientes opinen y recomienden su propia experiencia.
La confianza es la base de toda relación comercial satisfactoria y trasladarla a los clientes debe ser el eje de toda estrategia de marketing digital.